Los líderes de las principales instituciones financieras de Wall Street comparecieron el miércoles ante el Senado de Estados Unidos para advertir de los riesgos que las nuevas regulaciones propuestas por la administración Biden podrían suponer para la economía del país.
Los ejecutivos, entre los que se encontraban los directores generales de JPMorgan Chase, Citigroup, Goldman Sachs y Morgan Stanley, argumentaron que las nuevas normas, conocidas como el “Basel Endgame”, serían demasiado costosas y perjudiciales para la economía.
“Casi todos los elementos de la propuesta del Basel III Endgame harían que la concesión de préstamos y otras actividades financieras fueran más caras, especialmente para las pequeñas empresas y los consumidores”, afirmó Jane Fraser, directora ejecutiva de Citigroup.
Jamie Dimon, director general de JPMorgan Chase, fue aún más contundente: “Las reglas propuestas no se hicieron de manera reflexiva y deben ser revisadas. El debate sobre la elaboración de normas no debe centrarse únicamente en la cantidad o la cantidad de regulación, sino en la regulación adecuada para mantener el sistema bancario estadounidense como el mejor del mundo”.
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Los ejecutivos también criticaron los esfuerzos de cabildeo de los bancos contra las regulaciones propuestas. El senador Sherrod Brown, presidente del comité bancario del Senado, reprendió a los ejecutivos por sus campañas publicitarias en el Super Bowl, que calificó de “una campaña para evitar que los organismos de vigilancia financiera pongan en marcha requisitos de capital para proteger nuestro sistema bancario y nuestra economía”.
El debate sobre las regulaciones del Basel Endgame está dividido. Algunos legisladores creen que las reglas son necesarias para proteger la estabilidad financiera, mientras que otros argumentan que serían demasiado costosas y perjudiciales para la economía.
Los argumentos de los banqueros de Wall Street se basan en el hecho de que las nuevas regulaciones aumentarían los costos de capital para los bancos. Esto, a su vez, podría conducir a un aumento de las tasas de interés para los consumidores y las empresas, lo que podría frenar el crecimiento económico.
Los banqueros argumentan que las nuevas regulaciones serían especialmente perjudiciales para las pequeñas empresas y los consumidores. Esto se debe a que las pequeñas empresas suelen tener menos capital que las grandes empresas, por lo que serían más vulnerables a los aumentos de las tasas de interés. Los consumidores también se verían afectados por los aumentos de las tasas de interés, ya que tendrían que pagar más por los préstamos hipotecarios, los préstamos para automóviles y otros tipos de crédito.
Sin embargo, los críticos de los banqueros de Wall Street argumentan que las nuevas regulaciones son necesarias para proteger a la economía de otro colapso financiero. Señalan que las regulaciones actuales no fueron suficientes para evitar la crisis financiera de 2008.
Los críticos sostienen que las nuevas regulaciones ayudarían a reducir el riesgo sistémico, que es el riesgo de que un colapso de un gran banco pueda desencadenar una crisis financiera más amplia. Las nuevas regulaciones también ayudarían a garantizar que los bancos tengan suficiente capital para absorber pérdidas en caso de una crisis.
En última instancia, el debate sobre las nuevas regulaciones es complejo y no hay una respuesta fácil. Los responsables políticos deben sopesar cuidadosamente los posibles beneficios y riesgos de las nuevas regulaciones antes de tomar una decisión.
Redacción bancosenusa con fuente Theguardian